Cuauhtémoc Blas
También en las campañas electorales hay quienes se avientan como el Borras. Esto es, de manera precipitada, sin medir consecuencias. Consideran que es algo fácil. Ofrecen a la gente lo que sea, caminan de aquí para allá, reparten propaganda sin ton ni son, y dicen que andan en ardua campaña. Nadie puede superarlos, quién les va a enseñar a ellos.
No andan exactamente en campaña. Campaña, según el diccionario, es: “Período de tiempo en el que se realizan diversas actividades encaminadas a un fin determinado. Campaña política, parlamentaria…” Decir encaminadas, supone pasos, propósito, algo programado.
Una campaña debe ser planificada, con sus programas, estrategias. Las campañas políticas se modernizaron en EU, adaptando el marketing comercial al ámbito político. Al ser el poder una de las grandes ambiciones, la campaña pasó a ser un símil de la empresa bélica.
No por nada el círculo más activo del candidato se reúne en el llamado “cuarto de guerra”, donde se planean las respuestas al adversario, el embate a sus debilidades, la contrapropaganda, etc.
LA VENTAJA DE SER OPOSICIÓN
Es una máxima que el opositor debe ser agresivo, darle con todo a su oponente, “la mafia del poder”, “conservadores”, “corruptos”, les llamaba López Obrador a sus adversarios. Ser oposición es una gran ventaja, y el genial político mexicano lo supo y lo explotó al máximo.
Hay quienes son oposición y no se enteran, como un doctor y mago hoy candidato del PUP en Oaxaca de Juárez, es tan correcto que ni lo escuchan, ojalá consiga una regiduría, la merece.
Sin embargo, ese personaje que dirige la asociación altruista Solo por Ayudar, no es un político de oficio, como otros de los partidos, que sí deberían saber de esto, pero tampoco despliegan una eficaz campaña opositora. Los priistas que están de candidatos en el PRI y en los otros partidos (MC, Mujer), no se prepararon, pues antes obtenían cargos fácilmente, cuando se los regalaban Ulises o Murat.
Una campaña electoral es un proceso de comunicación y gana quien mejor se comunica, dice la teoría. Parte de ello es la calendarización de los mensajes estratégicos de la campaña. Los candidatos a ediles tienen un mes de campaña, por lo que tendrían que calendarizar actividades.
Primera semana, lanzamiento y presentación del candidato en medios. Segunda semana: contrastar las propuestas; diferenciación respecto de los oponentes. Tercera semana, las propuestas de gobierno. Cuarta semana: Dejar claro por qué deben votar por ese candidato y no por otro. Esto es un ejemplo, algo que podrían abrevar en manuales a la mano en internet.
NO ES MAGIA, ES MÉTODO
Hay quienes creen que contratando a un consultor ya tienen el triunfo, pero no hay magia en las campañas, que exigen no actuar por inspiración sino ajustarse a la metodología; pasos sencillos en municipios pequeños, donde la historia de cada candidato es conocida.
Por principio, si el candidato-producto es como un jabón que todos saben que no hace espuma, nadie lo va a comprar. Es como lanzar, en un lugar machista y conservador, a un gay solterón. La derrota está asegurada. Ya ha sucedido. Claro, acá hablamos solo de planificación, aparte son las alianzas, la operación política, los cazamapaches.
LA TRAICIÓN, EL NEGOCIO DE LOS SCHERER
Tener información del oficio de ganar elecciones, es elemental. So pena de ser defraudado, como le sucedió a Clara Luz Flores, excandidata de Morena al gobierno de Nuevo León. Lo que nos narra Hernán Gómez Bruera, en su libro Traición en palacio,
En este libro, de lectura obligada, el autor desmenuza el negocio con la justicia en este sexenio, de quien fuera poderoso consejero de la presidencia, Julio Scherer Ibarra, así como otros importantes datos de la administración de justicia de Arturo Zaldívar, jueces y magistrados cómplices.
El consultor político y «marketero», Hugo Scherer —primo y socio del exconsejero jurídico de la Presidencia, Julio Scherer, hijo del fundador de Proceso—, contratado en 2021 por Clara Luz, realmente trabajó en su contra.
Luego de iniciar la candidata de MORENA en el primer lugar de las preferencias, quedó en el cuarto lugar de las votaciones. El trabajo de quienes debían ayudarla, fue al revés. Por eso, mucho les serviría a los políticos no aventarse como el Borras.