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viernes, abril 19, 2024

Oaxaca tiene las peores condiciones laborales para las mujeres en México

Reportajes

Oaxaca ocupa la posición 26 a nivel nacional en cuanto a su capacidad de aprovechar el talento femenino, ya que las mujeres no logran permanencia en sus puestos de trabajo principalmente por una brecha salarial en comparación con los hombres, su jornada laboral es muy larga o laboran en la informalidad, entre otros factores.

Estados #ConLupaDeGénero 2022 es un análisis del Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO) que indica que 30 estados de la República reprueban en la situación del trabajo femenino. Oaxaca logró un puntaje de 31.8, muy lejos de la mejor puntuación, la Ciudad de México, con 64.8.

La tasa de participación de las mujeres en el mercado laboral en Oaxaca se encuentra en su punto más bajo desde el 2005, con un porcentaje de 42.5, siendo el promedio nacional de 44.2.

El mayor reto para las mujeres de todas las entidades está en la permanencia dentro del mercado laboral por la falta de condiciones óptimas para hacerlo, en este factor, Oaxaca ocupa el último lugar en el análisis.

La falta de permanencia dentro del mercado laboral en Oaxaca denota que la mayoría de las mujeres ganan menos de dos salarios mínimos, trabajan en la informalidad y laboran jornadas extenuantes.

Pero el problema no inicia al encontrar un trabajo, sino desde antes de tenerlo, puesto que en Oaxaca las políticas no han estado orientadas a sumar a mujeres al mercado, pues no existe una preparación adecuada en las jóvenes.

El IMCO también señala que en Oaxaca existe la mayor brecha salarial de género del país. Las mujeres ganan 76 pesos por cada 100 que ganan los hombres, mientras que en Campeche las mujeres ganan 97 pesos por cada 100 que ganan los hombres.

La baja participación de las mujeres en el mercado laboral frena el potencial económico de México, asegura el IMCO, que también estimó que si para 2030, se lograran sumar a 8.2 millones de mujeres en la economía mexicana, el país tendría un Producto Interno Bruto (PIB) tres veces mayor.

“Este beneficio económico se traduce en más mujeres con autonomía económica, mayores ingresos y ahorro en los hogares, empresas más dinámicas y rentables y, por lo tanto, mayor crecimiento económico para el país”, destaca el análisis.

Para sumar a más mujeres a la economía, es necesario reducir las barreras que ellas enfrentan. Para ello, los gobiernos estatales pueden ser catalizadores de cambio para que las mujeres no solo entren a la economía remunerada, sino generen las condiciones óptimas para que más de ellas permanezcan en sus trabajos y promuevan su crecimiento profesional.

Por Miguel Ángel Maya Alonso

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